Audiovideoteca de Escritores de Buenos Aires

Grabaciones

Para colaborar con el proyecto:

La Audiovideoteca de Buenos Aires invita a todas aquellas personas o instituciones que cuenten con material sobre escritores argentinos o personalidades del teatro, en formato de audio o audiovisual, a comunicarse vía mail o telefónicamente.

También firma Convenios de Intercambio con instituciones afines, nacionales e internacionales, dedicadas a la preservación, conservación, difusión e investigación de material audiovisual mediante donaciones, intercambios y proyectos conjuntos.

Atención al público:

Para visualización
concertar turno de 
lunes a viernes
de 14 a 18 horas
via mail o por teléfono al
4806-1659/1647

Centro Cultural Recoleta
Audio
Biografía
Revista Sur
Sur impuso temas y dio lugar a las primeras obras de noveles escritores.
Revista Sur
Ocampo escribió en Sur una serie de testimonios y publicó sus propias traducciones.
Revista Sur
El grupo aglutinado por Sur incluyó a intelectuales argentinos de muy variada procedencia.
Revista Sur
José Ortega y Gasset fue quien le dio el título a la célebre publicación.
Revista Sur
El número 1 de Sur apareció en el verano de 1931, en Buenos Aires.

El proyecto Sur

Por Pablo Gianera


Apagados los fuegos vanguardistas de los años 20, surgió una revista impelida por la exigencia de modernidad, aunque con menos voluntad de ruptura que sus antecesoras. La historia de la revista Sur está determinada por la influencia que ejercieron sobre Victoria Ocampo (su fundadora) dos extranjeros y un argentino: el escritor norteamericano Waldo Frank, el filósofo español José Ortega y Gasset y Eduardo Mallea. A instancias de ellos, se decidió crear una revista que abordara los problemas de los escritores americanos jóvenes y difundiera la obra de los escritores europeos del momento (algo que resultó posible gracias a las amistades de Ocampo, que iban de Paul Valéry a Walter Gropius pasando por Le Corbusier y Alfonso Reyes).
El primer número de Sur apareció en el verano de 1930-1931. Los colaboradores de esa primera etapa aparecían divididos en un "Consejo extranjero" y un "Consejo de colaboración", que, en términos generales, cubría disciplinas artísticas tan diversas como la literatura, la música, la pintura y la arquitectura. En el primero, figuraban el crítico dominicano Pedro Henríquez Ureña, Reyes, Leo Ferrero, Drieu de la Rochelle, Ortega y Gasset, Jules Supervielle, Frank y el músico suizo Ernst Ansermet; en el segundo, los argentinos Jorge Luis Borges, Eduardo J. Bullrich, Oliverio Girondo –que renunciaría al poco tiempo– Alfredo González Garaño, Eduardo Mallea, María Rosa Oliver y Guillermo de Torre. A lo largo de los años, estos comités fueron mutando y se incorporaron, entre otros, Carlos Alberto Erro, Adolfo Bioy Casares, Ricardo Baeza, Ezequiel Martínez Estrada, Ernesto Sabato y, más adelante, Alberto Girri, H. A. Murena y Enrique Pezzoni. Una mención aparte merece el escritor José Bianco, en la medida en que, desde su incorporación –en 1937– a la secretaría de redacción de la revista, terminó de darle forma al proyecto y, al ampliar la sección de reseñas bibliográficas, le dio mayor espacio al ejercicio de la crítica. Guiados por Bianco (que oficiaba como un verdadero maestro de taller literario), muchos escritores jóvenes publicaron en esas páginas sus primeras colaboraciones.

La palabra "proyecto" no es casual. Si toda revista de cultura se propone siempre la defensa de ciertas líneas poéticas y artísticas, Sur intervino además fuertemente en las discusiones ideológicas y filosóficas. Sería difícil definir las líneas estéticas que promovía Sur. Lo cierto que las tendencias de la dirección (puntualmente, Victoria Ocampo) por la literatura francesa, no coincidían por completo con la del resto de los integrantes. Así, Borges y Bioy Casares preferían la literatura anglosajona (de Robert Louis Stevenson a Gilbert K. Chesterton) y legitimaron géneros menores como el policial (se trataba del "policial inglés" y no el de la "serie negra"). Podría pensarse entonces que fue precisamente la diversidad de enfoques (que, pese a todo, mantuvo un rígido sistema de exclusiones respecto de otras poéticas) aquello que aseguró la persistente incidencia de Sur en el panorama de la literatura argentina.
Algo parecido ocurre con las opciones políticas. La habitual acusación que pesa sobre Sur como revista "de derecha" choca con el hecho irrefutable de que algunos integrantes pertenecían al Partido Comunista, aunque debe decirse que la revista rechazó en bloque la emergencia del peronismo en la vida política argentina.
La periodicidad de Sur no fue regular y, por otro lado, entre julio de 1934 y julio de 1935, su publicación estuvo interrumpida. Hasta ese momento, había sido cuatrimestral y, ya desde el principio, se usó el logo con la flecha orientada hacia abajo que identificaría para siempre a la revista. Estas características se mantuvieron hasta diciembre de 1950. A partir de 1953, y luego de varios números dobles, redujo su formato y pasó a ser bimestral. Durante el último período (desde el número 325, correspondiente a julio-agosto de 1970) se convirtió en semestral, con la salvedad de algunas de esas ediciones (como la 329, de diciembre de 1971) fueron en realidad antologías de textos ya publicados por la revista.
La incidencia de Sur tocó no sólo a la cultura argentina, sino que se extendió por América Latina. La explicación de este fenómeno es múltiple y tiene que ver con los materiales publicados. Por un lado, la revista fue el lugar natural para los textos de los miembros del comité. Así, para citar un ejemplo, numerosos poemas, ensayos y relatos de Borges encontraron allí su primera edición (además de poemas y ensayos, en el número 56 apareció "Pierre Menard, autor del Quijote", primer cuento fantástico del autor). Por otro lado, se le debe a Sur una fuerte revalorización de las traducciones, con la consiguiente impronta de democratización de la cultura que esto supone. En una época en la que las traducciones realizadas en España eran escasas, emergió la categoría del escritor-traductor. En los números de Sur aparecieron por primera vez adelantos de libros y ensayos fundamentales de André Gide, Jean-Paul Sarte, Allain Robbe-Grillet, Thomas Mann, Martin Heidegger y George Orwell, y versiones de clásicos como "Wakefield" de Nathanel Hawthorne, los fragmentos autobiográficos de Thomas De Quincey y relatos de Henry James. A esto se suma la confección de números monográficos dedicados a la literatura inglesa, alemana, norteamericana e italiana en los se dio a conocer a poetas y narradores desconocidos en español.
No menos decisiva resultó en este caso la tarea del sello editorial Sur, extensión de la revista. Allí, además, de libros de autores argentinos (Borges, Silvina Ocampo, Alejandra Pizarnik, H. A. Murena, entre otros), se tradujeron por primera vez a Carl Jung, D. H. Lawrence, Theodor W. Adorno, Graham Green o Jack Kerouac (estos dos últimos en versiones de Juan Rodolfo Wilcock). Por su trascendencia, se destacan aquí la traducción de Borges de Palmeras salvajes de William Faulkner, Lolita, de Vladimir Nabokok (por Pezzoni, con el pseudónimo de Enrique Tejedor) y Malone muere, de Samuel Beckett (por Bianco).
Hacia mediados de la década del 1950, la revista empezó a recibir fuertes críticas de otras publicaciones literarias y, especialmente, del grupo Contorno. La aparición, ya en los sesenta, de nuevas revistas menoscabó su gravitación cultural. Y a esto se agregó, en 1961 (número 270), la renuncia de Bianco a la jefatura de redacción luego de una diferencia irresuelta con Victoria Ocampo acerca de la Revolución Cubana. Ese cargo sería ocupado hasta 1968 por María Luisa Bastos. Fue un período que en el que colaboraron Pizarnik, Mario Vargas Llosa, Severo Sarduy y Sylvia Molloy, y en el que se publicó un número especial en torno a Shakespeare que incluía una selección de críticas preparada por Borges. Durante el último período, la tarea de jefe de redacción fue cumplida por Enrique Pezzoni. Crítico y traductor, Pezzoni alentó esas dos zonas e incorporó el comentario de los acontecimientos políticos. La última edición de Sur (número 347, julio-diciembre de 1980) estuvo dedicado enteramente a homenajear a su fundadora, muerta poco tiempo atrás. Aun antes de su cierre definitivo, Bianco definió admirablemente el itinerario de la revista a lo largo de casi medio siglo: "Sur no ha hecho concesiones a la vulgaridad, las ideas hechas, los sentimientos convencionales o la pereza mental del lector. Ha tratado, en cambio, de estimular su inteligencia. Ha logrado, creo, interesarlo en las nuevas corrientes literarias, en los problemas estéticos o sociológicos vigentes en el mundo, o en los eternos problemas de la filosofía".

Bibliografía

John King, Sur. Estudio de la revista argentina y de su papel en el desarrollo de una cultura. 1931-1970, México, Fondo de Cultura Económica, 1989.

Eduardo Paz Leston, "El proyecto de la revista ‘Sur’", Capítulo. La historia de la literatura argentina, Nº 106, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1981.

Victoria Ocampo, Autobiografía, Buenos Aires, Sur, 1979-1984.

José Bianco, Ficción y realidad, Caracas, Monte Ávila Editores, 1977.

Jorge Luis Borges, Borges en Sur, Buenos Aires, Emecé, 1999.

Beatriz Sarlo, La máquina cultural. Maestras, traductores y vanguardistas, Buenos Aires, Ariel, 1998.

Patricia Willson, La constelación del Sur. Traductores y traducciones en la literatura argentina del siglo XX, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004.



Ver Biografía Completa | Ver Bibliografía